La historia detrás de Bëkuö
¡Hola! Mi nombre es Tamara Rojas Sibaja, soy ilustradora de vida silvestre y amante del arte. La curiosidad y la pasión por el arte llegó a mi vida desde muy pequeña, Crecí viendo a mis hermanas mayores bailando danza en la sala de la casa, en un día normal en la escuela durante el recreo corría por los pasillos, escuchando violines, flautas traversas, clarinetes; después, me detenía y me asomaba por las ventanas de las aulas viendo los giros y los grand jeté de bailarinas de ballet. Para luego bajar unas gradas a los salones de pintura, sentir el olor a pigmentos y ver grandes cuadros puestos en caballetes, este entorno maravilloso transformó mi vida. Soy gemela y la menor de 5 hermanos, que, gracias a grandes esfuerzos económicos y becas, afortunadamente estudiamos en Conservatorio Castella, una escuela y colegio público que es uno de los semilleros de artistas en este país.
Mis papás aman el arte y creyeron que era la mejor forma que un ser humano podía desarrollarse. Yo abracé esa idea y cuando inicié el colegio a la edad de 13 años me incliné hacia la pintura, este maravilloso oficio me dio la libertad de descubrirme a mí misma de la mejor forma, al inicio no era la mejor, nunca tuve un don nato, yo no nací artista, yo me hice en el camino con muchas horas de práctica. Inicié con el dibujo, después aprendí pintura al óleo, me enamoré de la acuarela, finalmente desarrollé una técnica de óleo sobre papel en el que mi tema en ese momento era retratar niños. Al pasar cuatro años, graduarme y finalizar en el Castella, algo dentro de mí me decía que, fuese lo que fuese, yo tenía que seguir pintando, puedo decir que el tiempo en el Castella ha sido de los momentos más felices de mi vida. Decidí estudiar pintura en la escuela de Bellas Artes de la Universidad Costa Rica, por dicha fui aceptada y me brindaron una beca socioeconómica, mis padres me apoyaron y yo no podía estar más feliz de iniciar este viaje con una gran esperanza de vivir del arte.
Estudios
Al iniciar la carrera de pintura con apenas diecisiete años me enfrenté a muchos retos y a una gran carga académica, pensé en dejar la carrera pero me aferré a intentarlo y me sumergí en un enorme aprendizaje, tanto de técnicas como estilos, durante los primeros dos años. Después inició la especialidad y no fue lo que yo esperaba porque en ese año el enfoque cambió a ser de arte tradicional a arte contemporáneo y realmente no nos enseñaron mucho a pintar, pero resultó en un cambio de mentalidad que impactó mucho en mi futuro, porque nos enseñaron a tener criterio como artistas, a construir una obra desde un sentido e identidad propia, no sólo arte por hacer arte. En este recorrido tuve muchas crisis que me ayudaron a auto-conocerme, pero al final hubo una que cambió todo: ¡Decidí dejar la pintura cuando finalicé la carrera! A pesar de tener las mejores notas, sentí que me había perdido, vi muy necesario hacer espacio hasta encontrar el sentido.
Los materiales para crear se quedaron guardados por 2 años mientras inicié una nueva carrera en Diseño Gráfico, donde obtendría una licenciatura y me ayudaría a conseguir algún trabajo que me permitiera seguir mi propósito de vivir del arte. Un día, después de año y medio, encontré una carpeta llena de proyectos de los primeros dos años de la carrera; me llamó poderosamente la atención que en estos trabajos, sin importar si fueran grabados, acuarelas, óleo, esculturas o cerámica, siempre incluí aves. Esto me hizo sentir, de nuevo, un poco de la ilusión que había perdido y, fue a partir de ese día, que empecé a ver que por ahí iba mi tema.
Amor por la naturaleza
Desde años atrás ya había surgido mi amor por la naturaleza. Siempre he sido muy observadora y me han cautivado los detalles pequeños como los insectos, las telas de araña, las flores, las semillas que se suspenden en el aire, los frutos, el comportamientos de las aves, los nidos, las hojas, entre otras cosas maravillosas. Además, mi gemela, Nefer estudió biología y eso influenció mucho en mí anteriormente. Entonces, me enfoqué en profundizar en este tema y en desarrollar mi propio estilo con acuarelas y lápices de color.
En este proceso me enfoqué en nutrir mi creatividad, entusiasmar a mi artista interna; un día, estudiando sobre aves y naturaleza descubrí que existían especies de aves endémicas en mi país, o sea, que solo habitan en Costa Rica. Creo que ese día nació el propósito, sentí de manera muy fuerte que ese iba ser mi objetivo, dar a conocer las especies nativas y endémicas a través de historias en acuarelas y naturaleza. Empecé a inventar unos jardines vivos con ilustraciones aves endémicas y fue un hermoso laboratorio por un año aunque con muy escasos recursos pero salieron buenos resultados.
Inicios de Bëkuö
En diciembre de 2015 nace mi marca llamada Bëkuö que significa estrella en el idioma indígena Bribri, quería que tuviera las raíces de nuestros antepasados, además que fuera siempre la estrella que yo iba seguir, esta empresa creativa para mí iba ser mi arte con el objetivo de contribuir a la conservación a través de productos ilustrados y para ser coherente con mi objetivo decidí que Bëkuö iba donar a proyectos de conservación, fue así como desde el primer año comencé donando a una fundación costarricense que educaba e investigaba sobre las aves rapaces del país.
En ese momento iniciaba la aventura que más me ha transformado por completo, emprender como artista, es dar un salto al vacío y aprender a vivir en la incertidumbre. La idea de negocio y los mini jardines ilustrados a la gente le encantaron pero yo no tenía idea de cómo administrar un negocio entonces invertí mucho en educación empresarial, no era nada fácil emprender pero tampoco me iba tan mal, empecé a ir al bosque a estudiar las aves, eso me llenaba el alma y se veía reflejado en la ilustraciones que empezaron a mejorar. Pasados 3 años y medio, mi salud física colapsó por tanta carga de trabajo, lo que me hizo llevar a pagar un seguro social, por primera vez contratar ayuda y a aceptar con mucho dolor que el producto que hacía no era rentable en términos manuales, la gente lo amaba pero ya no podía hacerlo más, requería demasiado trabajo manual, cuidado de las plantas y no ganaba suficiente.
Entonces comencé a desarrollar colecciones utilitarias es decir botellas, tazas, libretas, llaveros, imanes que llevaban mis ilustraciones de vida silvestre. Además en esos 3 años ya conocía mejor mi público meta porque yo me había convertido en mi público, me había enamorado de las botas de hule, de los binoculares y las guías de campo, entonces los productos le llegaban perfecto al público, eran muy bien recibidos. En este punto el negocio ahora sí empezó a crecer, las empresas de turismo pedían por montones, también empecé a vender en tiendas alrededor del país, logré incluso llevar un curso presencial de un mes en México sobre ilustración naturalista y para ese entonces empecé a donar a otro proyecto de conservación llamado Proyecto Cabanisi.
Crisis y revelaciones en pandemina
Un tiempo después llegó la pandemia, para mí fue un descanso porque una emprendedora debe ser en mi caso, artista, contadora, administradora, vendedora, la que organiza las redes sociales, dar excelente servicio al cliente, fotógrafa, diseñadora, ser eficiente con el tiempo y los recursos, además Bëkuö dependía de una producción artística, entonces para mí fue la oportunidad de dedicarme a crear y llevar cursos sobre ilustración de una academía Española que siempre había querido.
Después de 6 meses de pandemia ya los ahorros no daban y decidí armar unos cursos de Ilustración de aves para principiantes en línea, me sorprendió, fue un éxito total, dando cursos fue como sobreviví toda la pandemia. Cuando todo empezó a volver a la normalidad, tuve que enfrentarme a la decisión de ver si seguía o no con Bëkuö, ya que prácticamente reportaba cero ventas en los productos. Honestamente estaba muy triste me costó mucho levantarme, pero mi pareja que es un naturalista muy experto me dio mucha fuerza, apoyo e inspiración y al final recordando porqué nació Bëkuö, ese amor por el mundo natural y la conservación, volvió la fuerza de nuevo. Renové la marca, antes se llamaba Bekuo Arte & Diseño y pasó a ser Bëkuö Bosque & Ilustración, cambie la línea gráfica, seleccioné los mejores productos y agregué otros nuevos como medias, bandanas y stickers de vinil y arranqué de cero nuevamente, como un ave fénix. Para este momento que era 2021, el negocio ya tenía 6 años.
Crecimiento y expansión
Todo empezó a ir viento en popa, el turismo reventó después de la pandemia igual que las ventas, contraté a mi hermana gemela tiempo completo y a mi papá por temporadas, con el miedo de que los ingresos no alcanzarán para todo, pero hicimos un gran equipo, mejoramos muchas cosas que estaban mal y el negocio creció un gran porcentaje en el séptimo año esto me permitió hacer tanto un viaje a Colombia como otro a Ecuador únicamente a conocer la vida silvestre, eso inspiró mucho mi obra artística y a Bëkuö.
En este 2023 hemos crecido mucho, tuvimos la temporada más alta de todos los años, que nos hizo asumir retos como manejar personal y administrar dos tiendas al mismo tiempo. Mi hermana y mi papá me acompañaron por un año, les agradezco profundamente porque me hicieron sentir que sí se podía. Actualmente la empresa es más sólida y hemos tenido la capacidad de contratar una administradora de profesión y un asistente, la idea es armar un equipo de trabajo cada vez más grande y proyectarnos hacia la internacionalización Bëkuö
Actualmente Bëkuö ya casi cumple 8 años, tengo el objetivo muy claro, sólo ilustro especies que necesitan ser conocidas y protegidas. De hecho hoy dono un 3% de todas las ganancias de Bëkuö al Proyecto Cabanisi, realizo la publicidad del proyecto, colaboro en trabajo de campo como monitoreo de nidos, he impartido cursos sobre cómo pintar al Pinzón Costarricense Melozone cabanisi para darlo a conocer ya que está en peligro de extinción y es endémico solo para Costa Rica.
Es curioso, mucha gente me pide que le personalice ilustraciones, pero sigo empeñada en que mi arte tenga el propósito de educar para conservar. Recientemente en mi producción artística empecé haciendo mamíferos y este año quiero realizar felinos, más ranas y profundizar en retratar el bosque con ilustración botánica, además de ampliar los tipos de producto de Bëkuo. Sueño con que Bëkuö crezca e inspire a muchas personas a cuidar y proteger este maravilloso mundo natural y que con las ganancias se logre comprar unas hectáreas de bosque para poder cumplir el sueño de conservar.